lunes, 31 de octubre de 2011

Avales: El retorcido influjo de los "grandes demócratas" y las elecciones libres.


Uno de los últimos “regalos” de los teóricos garantes de nuestra democracia a toda la ciudadanía fue, como alguno ya sabéis, ese magnífico acuerdo entre los dos partidos mas grandes para exigir un número mínimo de avales para poder concurrir a unos comicios.
En los últimos meses hemos asistido a cambios muy importantes debido a la situación que nos ha tocado vivir, hemos visto como la gente, cada día mas gente, iba aprendiendo a enfocar su enfado y su indignación de forma mas constructiva qué en épocas anteriores, por mucho que intenten obviarlo las cosas son como son, llegando a darse una encuesta reciente donde el 73% de los españoles opina que el #15M tiene razón en sus protestas.
Uno de los puntos donde siempre ha habido consenso en estos movimientos es en la apremiante necesidad de que todo el mundo pueda tener mayor participación en la vida pública, mas influencia en la política de este país y, en ese contexto, uno de los puntos de mas apoyo era la necesidad de reformar la Ley Electoral de forma que permita llegar a este objetivo.
En este sentido he oído muchas opiniones, unas a favor y otras en contra, pero desde las altas instancias de “algunos” partidos siempre se han posicionado por el “¡¡Buuuufffffff!!, ¡¡que difícil!!, ¡es que la Ley electoral o la Constitución son intocables… se necesitaría incluso años y si hubiera unanimidad parlamentaria!”, sí esa era su experta opinión sobre el asunto.
Pero su reacción fue muy clarificadora: Muy poco tiempo después nos encontramos con que “solo dos partidos” consiguen, en pocos días, modificar la Constitución para que el pueblo se vea obligado a pagar deuda sí o sí, y, si sobra, se pagará  a médicos, profesores, becas, pensionistas... etc (entre otros agravios), todo ello sin discusión parlamentaria previa y, por supuesto, sin un referéndum sobre el asunto, clara definición esta de democracia, de nuestra democracia.
Curiosamente, por esas fechas sale a la luz un acuerdo entre los mismos partidos para reformar la LOREG (Ley Orgánica de Régimen Electoral General) que parece orientada a institucionalizar y fomentar el bipartidismo, en esta reforma se exige a aquellos grupos que quieran presentarse a unas elecciones a presentar firmas equivalentes al 0.1% del censo de la circunscripción donde pretendan concurrir, y todo ello en 20 días desde que se convoque en el BOE las elecciones correspondientes.
Pues bien, para las generales del 20N esto ya es de aplicación y ya hemos podido ver sus repercusiones.
Para empezar, la Junta Electoral Central retrasó todo lo que pudo los formatos aceptados para recoger dichos avales, lo que dificultó mucho el estar preparados para el día en que ello fuera posible, pero esto no es todo, hubo muchos mas problemas a la hora de aclarar que se entendía por firma electrónica válida, puesto que muchas fueron las webs que se pusieron en marcha para tratar de difundir información y recoger dichas firmas electrónicas de avalistas mientras la JEC no aclaraba que firmas se aceptaban como válidas y cuales no, que sistemas se aceptaban para validar dichas firmas, sólo a falta de 6 días aclaraban que, en su circular, especificaban cuales podían validar por sus propios medios, y que serían válidas todas las "legales" si las firmas aportaban, además, un sistema de validación propio para comprobar dicha validez.
El efecto real es que se perdió mucho tiempo por no dejar claras, desde el principio, las reglas del juego y a la larga ha habido candidaturas que se han quedado fuera por tan solo 10 firmas en algún caso (piratas), incluso por 3 firmas en otro, sembrando dudas sobre la "oportunidad" de dar largas a unos y otros y dificultando mas o menos intencionadamente el trabajo de mucha gente.
Todo esto, como no podía ser de otra manera, nos ha llevado ver como muchas candidaturas se han quedado fuera por una aplicación aparentemente dura de dicho cambio en la LOREG, y empiezan a recurrir ante el Constitucional (como ejemplo el caso de Soberanía de la Democracia), llegando al extremo de que se empiece a poner en duda la constitucionalidad de tales medidas, sí, poner en duda su legalidad, pues la "intencionalidad" siempre pareció claramente orientada a eliminar competencia política y sus métodos no admiten mucha discusión.
Estos son los señores que hoy nos representan y a quienes debemos votar, y esos son los métodos a utilizar cuando tengan nuevamente el poder, no lo olvidéis al elegir a quienes queréis que hablen en vuestro nombre.

Vivi.
@javifpineiro

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